1.
La
muerte es un trance necesario. Cuanto antes se pase, mejor.
2.
Si
eres feliz, la muerte te envidiará. Si eres infeliz, envidiarás a la muerte.
Busca, pues, los placeres del mundo que no se preocupan de la muerte. Pero no
olvides que los placeres no dan la felicidad.
3.
Si
eres fiel a tus amigos, puede ocurrir que ellos te sean fieles a ti, con lo que
tu felicidad queda pagada. Mejor es, por tanto, que tus amigos no te sean
fieles, pues tu fidelidad resplandecerá con brillo solitario y sin premio.
4.
Que la
muerte no respete a nadie se interpreta generalmente como gran sabiduría. Es,
por el contrario, prenda de su mineral estupidez: ¿quién trataría por igual a
un médico y a un político, a un abogado y a un profesor?
5.
Se
suele decir que la mujer virtuosa honra a su marido, y es cierto: si es
virtuosa, es que está satisfecha.
6.
En la
caracola suena el mar y en el halago la verdad.
7.
Cuando
te admiren, sé humilde. Es el precio que tus admiradores exigen por su
admiración, que nunca es gratuita. Si el necio admira al genio, cree que su
admiración le eleva al nivel del genio, y espera que, en pago, el genio se
vuelva necio con el símbolo de la humildad.
8.
Quienes
están predominantemente preocupados por su aspecto exterior, es que no tienen
interior.
9.
Cuando
mates, remata.
10.
La
mujer bella se diferencia de la fea en que nadie mira dentro a ver si hay algo.
11.
El
águila que nace del viento de poniente eleva su vuelo entre las estrellas, pero
el halcón del oriente se alimenta del sol.
12.
Todos
los que triunfan se buscan afanosamente sus propios méritos y hablan
incansables de luchas y esfuerzos. Con ello insultan a quienes luchan y se esfuerzan,
pero no triunfan, dando por supuesto que su talento en menor y su mérito nulo.
Sin duda fueron su mérito y su talento los que les hicieron existir entre todos
los posibles.
13.
El
sexo sin amor no tiene amor.
14.
Sin
seres humanos seguiría habiendo en el planeta bellas puestas de sol. ¿Son
hermosas solamente por el ojo que las contempla?
15.
El
agua no extingue la sed, la convence.
16.
Hasta
que la muerte nos separe... ¿Y si no estás en las listas de la muerte?
17.
Las
hojas de los árboles mueren para cubrir el bosque de un tapiz de futuro. Bajo
el tapiz, el suelo ha conocido otros bosques.
18.
El
huevo de las cosas es anterior al tiempo.
19.
La
tristeza empapa los perfiles de las cosas y acerca su esencia hasta nuestro
corazón. Su alegría los vuelve nítidos y lejanos. El ojo lloroso y el
sentimiento alegre requieren, pues, una solución óptica diferente.
20.
No
dejes que tu alma se seque. Ama, admira, entrégate con generosidad, cultiva tu
espíritu. Y si no puedes, odia, desprecia, véngate. La neutralidad de las
emociones es la muerte.
21.
Cuando
el tiempo haya convertido el universo en una caracola de diamante ¿qué alma
inexistente sentirá la belleza de la luz, qué ojos serán perforados por ese
rayo de fuego?
22.
Hay
tantos seres humanos... ¡Qué fatiga, ser el dios del censo!
23.
La
esterilidad y soltería de tantas mujeres es el despilfarro mayor del universo,
que la especie humana no puede permitirse. El problema demográfico es, como
tantos, una consecuencia de la estrechez de miras de nuestra imaginación. Pero
hablábamos de ternura, no de números.
24.
Si te
ves obligado a matar ¿qué más cómodo que empezar por los tuyos?... Matar
enemigos, claro... pero no estarán tan desprevenidos.
25.
¿Es el
canto del sinsonte más o menos hermoso que el olor del jazmín? ¿Es el murmullo
del arroyo más o menos suave que el de la brisa? ¿Es la lujuriosa y prepotente
fuerza del sol más o menos inagotable que la ferocidad aterradora del océano?
26.
Ten
piedad de los fuertes y temor de los débiles. Los dioses son juguetones.
27.
Una
niebla de águilas de plata envuelve la añoranza de los recuerdos, y un fulgor
de amatistas de plomo detiene las aguas de los ríos en su marcha hacia el sol.
28.
Nada
vuelve desde el futuro.
29.
Cuando
la mirada clava las cosas, el pensamiento las colecciona en una vitrina,
mariposas cuya inerte belleza quiere convencernos de que su muerte ha valido la
pena.
30.
Desde
el remoto origen del tiempo viaja hasta tu corazón una flecha que te busca a ti
como único destino. Naciste para que ella tuviese sentido.
31.
Para
decidir, al principio de los tiempos, qué sentimiento iba a ser amor y qué
sentimiento odio, qué cosa bienestar y qué cosa dolor, qué emoción alegría y
qué emoción tristeza, hubo que lanzar una moneda al aire.
32.
Cuando
las estrellas te guíen hacia el sur, párate un momento y pregúntate: “¿a dónde
quiero ir yo mismo?”.
33.
El
valor es una virtud masculina, claro, tan pública y literaria. El coraje -valor
solitario, seco, callado, sin muletas- es una virtud femenina.
34.
Nada
es tan hermoso como la vida. Es que no hay más. (¿Cosas, vidas?).
35.
Compartir
el dolor de los otros es heroico. Y además inútil. Y además es imposible: si de
verdad te duele, no es de los otros, es ya el tuyo.
36.
Los
que leen horóscopos tienen suerte: los dioses se toman un inmenso trabajo,
ordenando las infinitas estrellas de modo preciso en los millones cúbicos de
años luz, para que ellos puedan saber por la mañana, por ejemplo, que: “si
empiezas hoy una amistad, no confíes demasiado en ella”. Los escépticos tenemos
que aprenderlo por la simple experiencia, sin estrellas ni constelaciones.
37.
Las
mujeres hacen para que las cosas estén hechas. Los hombres hacen para saber y
decir que han hecho.
38.
Si lo
aprietas, el infinito cielo azul cabe en tu mano.
39.
El
sueño nos cura de la memoria, hasta que la memoria nos despierta.
40.
Retira
del cielo una nube, de la playa un grano de arena, del sol uno de sus rayos.
Retira del océano una arisca ola, del bosque un pino milenario... ¿se
notará?...
41.
Escoge
bien aquellos a los que vayas a poner en un pedestal; la mayoría de la gente
ignora su estatura verdadera y creen que el pedestal les pertenece.
42.
Las
libélulas no saben que su nombre es esdrújulo.
43.
Ven
desde tu desemparo y tu tristeza, regresa desde tu soledad, no permanezcas a
solas en la sombra. Nace.
44.
Donde
se juntan los mares, los vientos se apaciguan respetuosa, cobardemente.
45.
El
dolor es más grande que el lamento que lo expresa. Mayor que la lágrima que lo
señala. Más profundo que el corazón que lo cobija. El dolor no tiene medida. Un
poco de dolor es todo el dolor. O viceversa.
46.
Si te
engaña tu amor, tal vez se sienta prisionero. Si no es prisionero y libremente
se va, entonces no te engaña. Ni te ama.
47.
La
aurora rompe a veces el ancla que la sujeta al fondo de su celeste océano, y se
derrama a vela abierta a través de los ríos de púrpura del corazón. Luego
estalla por los ojos en un millón de alcatraces de oro.
48.
La
soledad del primer hombre, la del último hombre cuando la historia acabe ¿son
distintas? ¿Son diferentes que todo sea futuro o que todo sea pasado?
49.
Intenta
con todas tus fuerzas que uno de tus cabellos quede fuera, ajeno, sin
implicarse fieramente en el amor que tienes a tu hijo. Verás que no es posible.
50.
La verdad os hará libres. Esta frase supone que la palabra verdad
y la palabra libertad tienen un
sentido unívoco y señalan con precisión cosas reales del mundo objetivo. Esta
frase supone que las palabras sentido,
precisión, realidad, mundo, objetividad, tienen un sentido y señalan
con precisión cosas reales del mundo objetivo. Y así discontinuamente.
51.
Todos
los puntos cardinales creen ser dimensiones del universo. No saben que son
dibujos en un mapa.
52.
La
bondad nunca puede dejar de ser buena porque entonces se vuelve mala. La
maldad, cada granito de arena que gana, lo gana para siempre. (Esto es
pesimismo; el optimismo nunca puede dejar de serlo, porque entonces...)
53.
La
sociedad no tiene alma. ¿Con qué, entonces, es egoísta, miope, estúpida y
cruel?
54.
La
entera bóveda celeste es el arco que envía hacia ti los dardos de las infinitas
estrellas. Puesto que todas aciertan la diana de tu ojo, no creas que haya
otros ojos en donde también se clavan. Los ciegos que te rodean fingen verlas
para que no te sientas tan diferente como eres.
55.
La luz
no existe, lo que existe es el ojo.
56.
Cuando
deseas el mal para tus enemigos ¿de qué mal se trata? ¿El dolor, la enfermedad,
la ruina, la muerte?... Ten cuidado, muchas de esas cosas pueden ser
bendiciones disfrazadas.
57.
El
hexaedro de la vida tiene cargada con plomo la cara de la sombra.
58.
Id y
venid por el borde del abismo como si no estuviese allí, porque es posible que
no esté. No vayáis por el borde del abismo como si estuviese allí, porque, a lo
peor, está.
59.
Cuando
tocas la balleza, se desmorona. Ni el rojo del crepúsculo ni el cuerpo de la
hermosa se han hecho para tocar. El tacto lija y hace notar la trama granulosa
de la piel y de la luz.
60.
Los
que se aman deben tocarse, pues las almas fluyen de cuerpo a cuerpo por medio
del tacto, el único sentido que los dioses nos envidian en medio de sus
cegadoras luminarias y de la armonía de las esferas.
61.
El
‘uno’ es la esencia y la matriz del universo, la luz creadora y el sentido que
todo lo intelige. El ‘dos’ es la sombra que se le opone en el otro extremo de
las cosas, el acabamiento y la nadedad del cristal sin vida. La restante
aritmética es una invención de estúpidos que no han comprendido.
62.
Girar
alrededor de un centro es el destino de los astros y el de los hombres. Vamos a
donde venimos.
63.
La
punta de la flecha del tiempo está en el medio de su astil.
64.
¡Quién
fuera gota en el océano para creerse océano infinito!
65.
Cuando
la piedad es un arma del orgullo en vez de ser un aliado del amor, mata los
perfiles de su objeto, como redondea la piedra arisca el insistente mar.
66.
¿Qué
probabilidad hay de que alguien exista y de que, existiendo, lo haga en el
mismo momento que otro ser, y, siendo así, se encuentren y se amen? Ninguna.
67.
Entre
el sí y el no hay infinitas gradaciones inexistentes.
68.
El
tiempo teme al hombre, que le persigue sin tregua.
69.
El
amor no tiene cabos. Llegamos a él y de él nos vamos, pero es anterior y
posterior a nosotros.
70.
La
felicidad se teje con la propia fibra. Cuando su tapiz está completo, de ti ya
no queda nada.
71.
Si
metes la mano en el río, no la metas. Si bebes el agua del río, no bebas. Si
lloras sobre el río, no llores. El río sabe que no existe y su sabiduría es
mejor que la tuya.
72.
No te
agarres al mundo. Es él quien necesita un asidero, no tú, que eres el centro de
las cosas y estás firme en tu propia firmeza.
73.
No
ames los cuerpos, minerales sin cambio. Ama los espíritus, cambiantes, sujetos
a la historia, vivos.
74.
Un
hombre son mil hombres. El infante muere y es suplantado por el niño que muere
y es suplantado por el adolescente que muere y es suplantado por el joven... y
así sucesivamente. Lo que muere cuando muere el viejo es la última piel de su
libro de páginas en blanco. Le suplanta, por fin, la nada.
75.
Este
planeta es meramente un puñado de pedruscos sueltos, que no se disgrega porque
no se lo permiten las firmes raíces infinitas del árbol de mi amor.
76.
Cuando
el frío y el calor [el odio y el amor, la luz y la sombra] se declaren la paz:
¿de qué viviremos los que hemos ganado el pan avituallando a esos ejércitos
inflexibles?
77.
La
mujer fea es el arquetipo frente al que se define la belleza de la mujer
hermosa. Es posible, y espantoso, juzgarlas al revés. Aunque no todos nos
espantamos de lo mismo.
78.
El
tiempo es silencioso y, si se detiene, no se le nota. Quizá ya se haya
detenido. Hace tiempo.
79.
Matar
no es posible. Todas las cosas viven para siempre.
80.
El
cristal inocente respeta la pureza de la luz. Mata con él, y la convertirá en
un sueño púrpura.
81.
Cuando
oigas los pasos de la muerte, ya será tarde. Huye ahora que te rodea el
silencio y aún estás a tiempo. Mátate.
82.
El
amor no es infinito. Si amas a tus enemigos ¿te quedará suficiente para amar a
tus amigos?
83.
Sentir
honda lástima por una bella pequeña niña ciega es hermoso, estético. Siempre
debería haber bellas pequeñas niñas ciegas para no perder esa hermosura. O
hacerlas.
84.
La
fidelidad de un buen amigo es, después de las fluentes nubes del verano, la
cosa más duradera del universo.
85.
Las
cantáridas adolescentes son, si existieran, lo que justifica la bondad de la
vida. Lástima.
86.
Bébete
la gota de rocío. Y que la hoja se muera de sed.
87.
Mi
dios me insiste en que mate a mis hijos. Yo le voy distrayendo matando de
cuando en cuando, ahora uno, ahora otro.
88.
La
muerte ni siquiera sabe que existimos. No estamos en su libro de citas. Ella
está en el nuestro.
89.
Estábamos
nosotros en nuestra intimidad. Vinieron las imágenes y nos separaron de
nosotros mismos. Luego llegaron los pensamientos y nos alejaron de las
imágenes. Y por fin las palabras nos han distanciado de los pensamientos.
Nuestro nosotros se pierde, irrecuperable, en las sombras de la memoria
primitiva.
90.
El
aire se hace pájaro para ser libre.
91.
Cuando
vayan muriendo los que amas, emplea tu amor en bonos del tesoro.
92.
El
dios de las palabras es sordo y mudo. El dios de la luz es ciego. Pero el dios
de la muerte, vive.
93.
Hay
algo profundamente tranquilizador en la figura y el destino de un guerrero, su
unidad de objetivos, la seguridad de sus actos, la ausencia de la brumosa duda.
Puede ser destruído, pero no puede ser confundido.
94.
No
mates por la espalda. No es eficiente.
95.
Los
gusanos que tapan las estrellas tienen una lanza de árido desdén clavada entre
los ojos del alma.
96.
El
lugar a que aspiran todas las cosas no está en el universo ni fuera de él. Vive
en la esperanza de las cosas mismas.
97.
Sácate
los ojos si quieres ver.
98.
La
inmutable sucesión de las estaciones, del día y de la noche, de las órbitas
estelares, cambiará cuando volvamos desde el fin del tiempo a su principio. Es
decir, ahora.
99.
Los
hombres que olvidan y los dioses que recuerdan son cerdos de la misma piara. El
porquerizo es el tiempo que a todos los cura.
100.
El amor pinta ventanas en la prisión del alma.