6 ¿De qué color se
suda?
¿Puede el sudor cambiar el color de las cosas
al gotear de tu frente e inundarte los ojos? ¿Puede quizá convertir un amanecer
en un crepúsculo, una primavera en un otoño? ¿O no es sudor, sino sangre?...
Un velo irisado de rubíes inquietos me quiebra
la visión serena de las cosas, empapa mi esperanza de una espesa baba que
florece de esporas y no tiene nombre (pero yo sé quién es); mi cielo es de
tierra y de cardo y de secas grietas sin vida, y el suelo que pisan mis pies,
tan lejano que no consiguen alcanzarlo, es un zafiro viviente que ya empieza a
descender por su arco hacia mi mismo destino, rojo como yo.
Pero lo he dicho mal, he sido deliberadamente
confuso, misterioso, falsario, hay en esta historia una cosa que contradice las
leyes de la física, si te han marcado con acero y colgado boca abajo para
dejarte morir, no puede la sangre escurriendo de tu frente llegar hasta tus
ojos y confundir el color de las cosas. Aunque quién sabe qué puede la sangre
si quiere, a qué física obedece, quizá la sangre cae hacia arriba, la esperanza
lo hace, incluso empapada de una espesa saliva que no tiene nombre.
Espero que la muerte no invierta mi postura: me
gustan este cielo y este suelo.